miércoles, 6 de mayo de 2009

TABACO

¿Proteínas del tabaco?

De la planta del tabaco no solo se procesa ese codiciado habano cubano de reconocido prestigio internacional, o la materia prima para confeccionar cigarrillos tan nocivos para la salud, ahora se extrae Rubisco, una proteína libre de sales, beneficiosa para determinados tratamientos.
Semejante a la proteína de la leche, contiene todos los aminoácidos esenciales y puede utilizarse en el tratamiento de personas con problemas renales, lo que disminuiría la frecuencia de diálisis.
Rectorado por el Instituto cubano de Investigaciones del Tabaco y el Centro de Investigaciones y Desarrollo de Medicamentos, su estudio en fase de pruebas clínicas, recoge un alto poder alimentario y una elevada calidad que cumple los patrones FAO.
Según la doctora Norma del Castillo, subdirectora del Instituto, ahora experimentan también la extracción de dos tipos más de proteínas: la F1 para consumo humano, y la F 2, que puede destinarse a la alimentación animal.
A lo anterior se añade el Solanesol, compuesto obtenido a partir de desperdicios del tabaco, que responde a un proyecto con el Centro de Química Farmacéutica. Precursor de la Coenzima Q 10, puede utilizarse como producto alimenticio y medicinal para el tratamiento de algunos tipos de cáncer y SIDA.
También en coordinación con el Instituto Politécnico Superior José Antonio Echeverría —dice Norma—, se extrae un extracto aromático natural para sustituir aromatizantes sintéticos en los cigarrillos de tabaco rubio, con muy buenos resultados hasta el momento.
Fundado en 1985, aunque con investigaciones que datan de 1937, el Instituto cubano de Investigaciones del Tabaco, con 400 trabajadores, registra innumerables resultados; tales como la obtención de variedades criollas resistentes a plagas y enfermedades, y un sistema de extensionismo agrícola, implantado en toda la agricultura tabacalera cubana.
En la industria sobresale la tecnología de humectado indirecto, el control de plagas poscosecha y mediante congelación; además de un equipo para medir la humedad en materia prima, tabaco torcido y en rama.
Ubicado en San Antonio de los Baños, consta de una dirección nacional, con un grupo regional en Pinar del Río, radicado en la estación experimental de San Juan y Martínez; otro en el centro, que labora en la estación experimental de Cabaiguán, en Sancti Spíritus, y el de difusión tecnológica con sede en Granma.
Según el Máster en Ciencias Eumelio Espino Marrero, subdirector técnico productivo, el mayor impacto reside en el sistema de extensionismo agrícola, que brinda atención sistemática a más de 23 mil productores de tabaco en el país, lo que ha elevado el cumplimiento de la disciplina tecnológica del cultivo.
El uso de las variedades resistentes a las principales enfermedades, su distribución regional atendiendo al mejor comportamiento, la introducción de la tecnología de posturas en cepellón, el mejoramiento y conservación de los suelos, y lo realizado en la fitotecnia particular del cultivo para que cada variedad exprese su máximo potencial genético, ha contribuido a elevar la calidad y los rendimientos —afirma convencido.
Como parte del Grupo Empresarial de Tabaco de Cuba (TABACUBA), el Instituto fomenta y desarrolla las bases científico-técnicas para la producción de la aromática hoja y facilita el vínculo con los vegueros para responder a las necesidades del campo.
Actualmente se cultivan 2600 caballerías, 70% de ellas bajo riego técnico y de supervivencia —el resto secano—, y el objetivo es ir hacia una agricultura intensiva, con el 100 % bajo riego —nos dice.
PALABRAS NO, RESULTADOS
Cuba es el único país del área americana, incluyendo Estados Unidos y Canadá, donde todas sus variedades son resistentes al Moho azul, a la Pata prieta y a la necrosis ambiental, provocada por altas concentraciones de ozono en las capas bajas de la atmósfera.
Rector de la política varietal en la Isla, en el Instituto se han obtenido alrededor de 15 variedades por métodos tradicionales de cruzamiento. Seis corresponden a tabaco negro, de las cuales cuatro se utilizan como materia prima en la elaboración de los famosos habanos Criollo 98, Corojo 99, Habana 2000 y Habana 92, que responden al patrón organoléptico del tabaco negro cubano.
Otras dos variedades de tabaco negro son la Sancti Spíritus 96, que se cultiva en las zonas central y oriental con vista a la exportación en rama, el consumo nacional y para elaborar marcas como la Guantanamera, de gran aceptación en el mercado; y la IT 2004, dirigida a la industria del cigarrillo nacional.
En el caso del tabaco Virginia, está la San Luis 21 generalizada en un 100% del área, y la San Luis 22, con muy buenas perspectivas.
De las Burley, sobresale la VH 13 y la VR 24, resistentes a las enfermedades citadas, y la Burley 2006 —explica.
En el tabaco negro disponemos —dice Eumelio— de otras que se encuentran en distintas fases, que aseguran la debida continuidad en la producción varietal para hacerle frente a cualquier adversidad en el cultivo.
Se ha intensificado el programa de mejoramiento genético, y ya dentro de 2 ó 3 años podremos hablar de nuevas variedades, siempre fieles a su patrón organoléptico —afirma.
Hoy hemos disminuido en un 50% la aplicación de productos químicos en relación a lo que se empleaba en décadas anteriores, y el reto radica en alcanzar un cultivo más ecológico y sostenible —amplía.
En el área latinoamericana, Cuba ocupa el primer lugar en cuanto a investigación tabacalera, ya que en otras naciones su cultivo no existe o está en manos de transnacionales, de forma muy cerrada —nos dice este hombre que ha dedicado gran parte de su vida al estudio y desarrollo del tabaco.
El arte del cultivo de tabaco en la isla, ha pasado de generación en generación. Como bien dice Eumelio, no hay que olvidar que el tabaco es un cultivo familiar, de minifundio. Lo dicen los viejos vegueros: "Es como la mujer que mientras más se le pasa la mano, mejor se pone". Es muy agradecido, pero también te pasa la cuenta y de forma irreversible, cuando no le haces algo bien.
ORÍGENES DE UNA HOJA
Oriunda de las Antillas, la especie más cultivada es la Nicotiana tabacum, perteneciente a la familia Solanácea, que debe sus características al alcaloide nicotina.
Atención esmerada requiere el cultivo de esta planta, que alcanza unos 2 metros de altura y presenta hojas de 60 ó 70 centímetros de largo, para lograr el progreso de las posturas, que tras ser recolectadas, tratadas y elaboradas, conforman un producto de alta calidad.
Su cultivo ha sentado pauta desde el siglo XIX en la zona de Vuelta Abajo, en la provincia de Pinar del Río, productora del mejor tabaco negro del mundo.
En la llamada zona de Vuelta Arriba existen otras cuatro regiones al centro y oriente del país, a las que pertenecen las vegas de Santiago de Cuba, Holguín, Granma, Las Tunas, Camagüey, Ciego de Ávila, Santa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus. También se cosecha para la producción de capas en la provincia de Matanzas y al sur de La Habana.
El secreto de su cultivo se remonta a fechas anteriores al Descubrimiento, época en la que los aborígenes portaban una caña en forma de pipa que identificaban como "Tobago", en la que introducían un torcido de hojas secas, de peculiar olor, al que denominaban "cohíbas", para exhalar bocanadas de humo.
Asombrados, los conquistadores observaron cómo sentados en cuclillas en forma de círculos, convertían el acto de fumar en un verdadero ritual de placer y distracción; sin sospechar siquiera que, varios siglos después, se convertiría en un nocivo vicio, pero también, gracias a la ciencia, en fuente de salud.